«Cancionero plurinacional» es el título del nuevo trabajo discográfico que el compositor, investigador y multiinstrumentista presentará este domingo 25 a las 16.00 horas en un concierto gratuito en la Sala Anáhuac del Cerro San Cristóbal. Para él es muy relevante poner en valor el concepto «plurinacional», impugnado por las fuerzas reaccionarias dentro de la Convención Constitucional. «Lo plurinacional se expresa en el disco desde distintas veredas», comenta MACO.
Foto: Pedro Aceituno.
Autor de dos libros (Inti Illimani: 50 historias y Citandino. Las rutas del charango en Chile) y creador del podcast Libros que suenan, sobre publicaciones de música editadas en el país. Compositor, investigador y multiinstrumentista. Músico de la banda de Gepe. Marcelo Cornejo, MACO, encarna esa pluralidad de oficios en una sola persona. Esa misma pluralidad, que refleja su espíritu abierto al mundo, también queda reflejada en su nuevo disco «Cancionero plurinacional», que será presentado este domingo 25 de junio a las 16.00 horas en un concierto gratuito en la Sala Anáhuac del Cerro San Cristóbal.
«Cancionero plurinacional» -tercer disco de MACO tras «Resonandes» (2020) y «El jardín de la habitación» (2021), ambos nominados a los Premios Pulsar- propone un recorrido sonoro por el país a través de la diversidad musical de sus naciones originarias. Pero, además, en la línea que ya seguía su segundo trabajo, la raíz latinoamericana en que descansa su propuesta se cruza con sonidos experimentales, influencias electrónicas e incluso de la música urbana, en una singular amalgama de mundos que MACO hace dialogar con naturalidad.
Todas las canciones del disco son compuestas por MACO (1988), salvo «Romero, romero», del sabio aymara Eugenio Challapa, fallecido en 2021, a quien tuvo el honor de conocer. También pudo interactuar con otro sabio, en este caso mapuche, el poeta y premio nacional de literatura Elicura Chihuailaf, de quien grabó «Kallfv pewma mew», track en el que participa el rapero Viejo Ted. MACO, en tanto gran estudioso de las culturas originarias andinas, es además profesor de la cátedra de Organología Latinoamericana, y Creación e Investigación en Culturas Andinas de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).
También con referencias a la infancia en «Tonada celeste», «Cordillera serpentina» y «Plaza del Roto Año 94», MACO incorpora en el disco, con más énfasis que en sus dos otros trabajos, las posibilidades de su voz cantada. «Ha sido un proceso meditado», reconoce a Agencia Trova el creador, quien desde 2017 trabaja con el músico sanmiguelino Gepe. En cuanto a la propuesta plurinacional que concentra el disco, él percibe una actitud reivindicativa del concepto luego de que éste fuese impugnado por la élite y las voces más reaccionarias dentro de la Convención Constitucional, cuyo texto constitucional fue rechazado por el pueblo chileno. «Pero lo plurinacional está aquí», asegura MACO.
-¿De qué manera se expresa lo plurinacional en la propuesta discográfica, siendo que este concepto pasó de estar sumamente instalado en la discusión constitucional a ser impugnado y excluido del proceso constituyente actual?
– Lo plurinacional queda de manifiesto desde varias veredas. Naturalmente desde la música, desde la diversidad que muestro con los timbres y desde las voces que intento articular a lo largo del disco. Hay un uso del castellano, del mapudungun, del aymara. Hay una diversidad tímbrica, con el uso de unos 20 instrumentos musicales. Hay una variedad pluri en la música instrumental y diversas facetas rítmicas, pasando por el norte, centro y sur del país. También es una muestra pluri desde lo que es la tradición y la modernidad. Intento que convivan cuestiones tan heterogéneas como una canción en mapudungun con clave de música trap urbana, que son cuestiones muy propias del siglo XXI. Conviven distintos colores. De esa manera el disco se defiende a través de la música. Y hay una intención provocativa de reinstalar lo pluri, porque desde el triunfo del Rechazo, esa palabra quedó vetada o desterrada del vocabulario popular chileno, y yo intento que esa palabra se reivindique, que no se olvide. Estos procesos son lentos y lo plurinacional lo estamos viviendo, por más de que la élite o los grupos económicos manejen lo oficial; lo pluri ya existe y se está viviendo. Es cosa de tiempo para que se logre manifestar abiertamente.
– ¿Cuán meditado fue el proceso para incluir tu voz cantada dentro del disco?
– Efectivamente fue un proceso lento y meditado el incorporar la voz cantada. Tuvo que ver con una aceptación de las posibilidades que uno tiene. En algún momento me concentré mucho con otros instrumentos musicales y dejé de lado el instrumento con el cual yo venía de nacimiento: la voz cantada. He tratado de hacerme cargo de aprender a conocer este instrumento en el último año. Ha sido un proceso mágico, lindo, positivo. Tiene que ver con avanzar un poco más, pero también asumir que las condiciones son las que existen en el momento. Por otra parte, tampoco he querido exacerbarla, porque la música instrumental por otra parte es tan importante para mí como la voz cantada. Creo que no abandonaría nunca la música instrumental. Entonces, de alguna forma, intento hacer ese vínculo entre los dos mundos; entre querer decir algo con la palabra, pero también decir algo sólo con los sonidos. Es algo que me cautiva y me motiva todavía.
– Eres más percibido como charanguista, siendo multiinstrumentista, y uno podría pensar que tu propuesta está vinculada a la música andina. Pero no es así. Desde el disco anterior incorporas toques de música electrónica, sampleos (en «El jardín de la habitación» del Comandante Ramiro, en «Cancionero plurinacional» de Salvador Allende), sonidos de la calle y otras referencias. ¿De dónde viene esa integración de tantos mundos en tu música?
– La integración de tantos mundos en mi música va de la mano también con lo pluri, que se está vivenciando mucho, no solo desde mi propia intimidad, en el día a día, sino cuando uno sale a la calle. Y yo, que tengo un estado de enamoramiento permanente con el sonido y la música, intento estar vinculado a la diversidad de mundos musicales, asumiendo que mi alma mater es la raíz latinoamericana. Y también con mi curiosidad, mis brazos, mis pies y mis orejas ojalá en muchos otros géneros musicales, no necesariamente de la raíz o latinoamericanos. Eso se hace muy natural en mis composiciones. Es parte de lo que yo escucho. Y dentro de lo que compongo inevitablemente voy a mostrar, con querer o sin querer, las influencias que tengo en mi escucha diaria: las músicas del pasado y del presente. Y estoy conectado permanentemente con las nuevas generaciones en mi pega de profesor en la universidad. Estoy atento a lo que viene. Intento que esa frescura y diversidad se manifieste en mis propias creaciones.
-¿Qué significa para ti presentar tu disco en Casa Anáhuac, a pocos días del inicio del nuevo ciclo para las naciones originarias, en un cerro prehispánico (que además estará verde por las lluvias)?
-Claro, presentar el disco en Anáhuac tiene un simbolismo especial, por estar en el cerro Tupahue que cobra vital importancia porque es el pulmón de nuestro valle central. Ya es mágico estar ahí. Anáhuac es un teatro con una mística. Y la fecha: estamos viviendo nuestro solsticio de invierno, donde el sol renace de una manera u otra, y todas esas son enseñanzas de los pueblos originarios. Mi música está directamente conectada con esas enseñanzas que he ido aprendiendo en mi caminar como músico y compositor. De alguna forma mi música se justifica desde la enseñanzas que he adquirido con los pueblos aymara, quechua y mapuche. Que sea un concierto gratuito y poder llevarlo a una gran cantidad de personas, además, también es sumamente gratificante.
«En algún momento me concentré mucho con otros instrumentos musicales y dejé de lado el instrumento con el cual yo venía de nacimiento: la voz cantada».
-Por último, ¿qué nos puedes decir de las voces de niños que aparecen en algunas canciones del disco?
-Hay varias voces dentro del disco, porque hay distintas maneras de escuchar un disco. Este disco uno lo puede escuchar territorialmente, desde el track 1 que parte en el norte grande hasta el último track que termina en el sur cantando en mapudungun. Pero también tiene momentos: la poesía desde la voz cantada con el poeta mayor Elicura Chihuailaf y con los versos de Eugenio Challapa. A ambos los he podido conocer y hay un agradecimiento en trabajar estas poesías que nos legaron. Pero hay maneras de escuchar a través del mundo de la infancia, el cual es vital para mí en este universo multicolor que es lo pluri. Hay un corazón ahí que vincula lo antiguo con lo nuevo, la nostalgia con el futuro. Hay distintas maneras de entender cómo las creaciones van dialogando entre sí. Yo sugiero escuchar el disco completo para que se vayan encantando e intentando comprender cómo uno intenta decir desde el sonido.
Coordenadas concierto MACO:
Domingo 25 de junio, 16.00 horas
Sala Anáhuac, sector Tupahue, Cerro San Cristóbal
¿Cómo llegar? Buses panorámicos desde acceso Pío Nono; teléfico desde Estación Oasis (acceso Pedro de Valdivia); y caminando desde acceso Pedro de Valdivia (20 minutos aproximadamente) omingo 25 de junio.
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