Marcelo Nilo, 11 años sin Schwenke: «Nelson sigue cantando con nosotros»

Hoy se cumple el undécimo aniversario de la partida de Nelson Schwenke, compañero musical por más de 30 años de Marcelo Nilo. Él habla en esta breve entrevista sobre el presente de la banda Schwenke y Nilo, que ha recreado una nueva sonoridad luego de la pérdida de Nelson. Aquí Marcelo también confirma un deseo: quiere grabar una canción de Andrés Philo Jofré, artista calerano que le dedicó una canción a Schwenke durante una de las romerías virtuales: «Ya le pedí permiso a Philo: me gustaría tocarla y grabarla».

Un día 22 de junio de 2012, Nelson Schwenke partió a surcar otros planos de la existencia. Esa madrugada, el fundador del dúo valdiviano Schwenke & Nilo no pudo sobrevivir a las secuelas del atropello que sufrió la noche anterior en la esquina de Francisco Bilbao y Ricardo Lyon, y falleció en el Hospital del Salvador, enlutando a toda la música chilena. O quizás solo se hizo estrella.

A 11 años del trágico suceso, su compañero musical desde 1979, Marcelo Nilo, todavía tiembla cuando evoca a su otra mitad artística, con quien compartió viajes, ensayos, conciertos, convites familiares y chistes, porque Nelson era una explosión de buen humor, fuera de su repertorio intimista, contestatario, con perfume a suralidad y agua, mucha agua. Lluvia. Como la de calle Picarte, la de Curiñanco, la de Angachilla.

Marcelo, aun con todo el dolor a cuestas, nunca vaciló en seguir adelante con el proyecto Schwenke & Nilo; más cuando escuchó «Sólo sueño», una canción que el trovador Hugo Moraga le dedicó a Nelson tras su desaparición física. Una estrofa en que Moraga nombra el sufriente corazón de Nelson -que había padecido varios infartos- instó a Marcelo a persistir (y resistir). Nada menos extraño para él -y para Schwenke- que resistir. La vida artística y política del dúo valdiviano, en plena dictadura, fue precisamente eso, resistir: amenazas de muerte, censuras y persecuciones.

Así, sin la desgarradora voz de Nelson, Schwenke & Nilo ha pasado por una etapa de reinvención que solo se detuvo parcialmente con la pandemia. Durante la crisis sanitaria, en contraste con otros solistas y grupos chilenos, la banda no hizo conciertos online y prefirió guardar estricto confinamiento. Sí hizo un recital en el teatro del Centro Cultural Lo Prado, cuya grabación se piensa mostrar en un plazo cercano.

Tras la pandemia, el grupo ha debido transitar por una nueva sonoridad, nuevos arreglos y nuevas voces, siempre en compañía de Nelson. Éste, por lo demás, sigue habitando en cada concierto, gracias a un minucioso trabajo tecnológico en que logran proyectar su imagen y su voz en una pantalla.

Del presente y futuro de la banda habla Marcelo Nilo en este breve contacto con Agencia Trova. Aquí también agradece los sucesivos homenajes a la memoria de Nelson, que cada año tienen lugar en Valdivia, Santiago y La Calera, acaso las tres ciudades claves de la historia de Schwenke & Nilo.

Este año, los homenajes en Santiago y La Calera fueron aplazados por las fuertes lluvias en la zona centro-sur del país. La tradicional romería -novena edición- fue aplazada para el viernes 30 de junio, mientras que el homenaje «Guitarra Iluminada» en La Calera, que se realizaría hoy en el sector Trinacrio de la Población Cemento Melón, fue postergado hasta una nueva fecha. Marcelo también habla del organizador del homenaje en La Calera, el músico y gestor cultural Andrés Philo Jofré, cuya canción dedicada a Schwenke («El vecino Nelson») quiere ser grabada por Nilo.

– Marcelo, ¿qué sensaciones se agolpan en ti respecto de los 11 años de la partida de Nelson que se cumplen hoy y de qué manera se expresa su presencia en sus conciertos?

– Bueno, que el tiempo pasa como muy rápido. Uno no siente que haya pasado tanto tiempo, tal vez porque hemos sentido que Nelson ha estado y sigue estando con nosotros. En algunos momentos lo echamos mucho de menos y yo particularmente lo echo mucho de menos. Y, bueno, Nelson canta con nosotros. Nos la arreglamos para que cante con nosotros, gracias a la tecnología que permite sincronizar cosas. Hemos preparado un trabajo arduo para permitirnos tocar con él. Tocamos con él y eso lo sentimos como una forma de reencontrarnos con él. Uno cierra los ojos y está él cantando. Es como mantener eso que nos juntó y poder vivirlo como si estuviera presente en cuerpo, aunque sabemos que no es así. Pero su voz está, su imagen está, y con eso sentimos que de alguna manera nos mantenemos juntos.

Marcelo habla de la presencia de Nelson en los conciertos.

«Lo tomo con mucha humildad (los homenajes a Nelson). A mí me sorprende, porque nunca buscamos ni trabajamos para este tipo de reconocimientos y de tanto afecto que recibimos de parte de mucha gente que vamos conociendo en el camino».

– ¿Sientes que, tras la partida de Nelson, la banda tuvo que reinventarse en crear una nueva sonoridad?

– Claro, o sea, no fue fácil decir «Nelson no está». Tenemos que rearmar todo. Y buscamos la fórmula de reinventarnos sonoramente. Empezamos a ocupar batería electrónica y de alguna manera poder rearmar las canciones, donde uno de los músicos con los que tocamos (el bajista Carlos Martínez) tuvo que empezar a cantar. De ninguna manera pensábamos reemplazar a Nelson. Nelson es central en nuestras vidas. Trabajamos durante tantos años juntos, vivimos tantas cosas, que nunca quisimos reemplazarlo. El sonido de ahora lo estamos construyendo con Nelson cantando con nosotros. Es lo que hubiera querido Nelson o él hubiese hecho lo mismo conmigo probablemente.

– ¿En que está actualmente Schwenke & Nilo y cómo se proyecta?

– En este minuto estamos tratando de hacer un concierto de celebración de un aniversario, ya no sé ni cuántos son (risas). Hemos ido postergando eso, pero estamos trabajando con nuestros músicos y queremos hacer arreglos para cuerdas. Queremos montar un concierto pronto en algún teatro. Y lo otro es que queremos mostrar un concierto que grabamos en pandemia en el teatro de Lo Prado, que en realidad fue un streaming. Pero como se filmó, lo queremos compartir. Ojalá que podamos hacerlo dentro de los próximos meses. Y queremos tocar hasta lo que podamos.

– ¿Qué ha significado para ustedes reencontrarse con el público tras la pandemia?

-Uf, sentimos que ha sido bueno reencontrarse con la vida. En pandemia hubo varios meses en que no nos vimos, tuvimos a uno de nuestros músicos entubados (el baterista Matías Acuña). Fueron tiempos difíciles y es sano salir de eso y reencontrarse con la gente. Es algo que nos vuelve el alma al cuerpo.

– ¿De qué manera tomas los homenajes que cada año se realizan para Nelson en Santiago, Valdivia y La Calera?

-Lo tomo con mucha humildad. A mí me sorprende, porque nunca buscamos ni trabajamos para este tipo de reconocimientos y de tanto afecto que recibimos de parte de mucha gente que vamos conociendo en el camino. Estuve en noviembre del año pasado en Valdivia (en el evento «100 Guitarras por Schwenke & Nilo»). En otro tocaron bandas de jóvenes de distintos estilos, desde blues hasta metal. Es gente joven que recibe el trabajo nuestro como una herencia, y lo toma y lo recrea. Y la gente de La Calera, que siempre ha estado ahí. Y la romería que se organiza todos los años uno lo agradece. Lo veo a la distancia y siento que es un tremendo afecto hacia Nelson y hacia el trabajo que hicimos.

Marcelo habla de la canción «El vecino Nelson» de Andrés Philo Jofré.

 

– ¿Es cierta la posibilidad de grabar «El vecino Nelson», de Andrés Philo Jofré, gestor cultural calerano que organiza el «Guitarra Iluminada» que le compuso una canción a Nelson durante la romería virtual de 2021?

– La canción de Philo Jofré me llega al corazón cada vez que la escucho. Yo creo que a Franca, la señora de Nelson, le pasa lo mismo: retrata en esencia a Nelson como vecino. La tenemos presente. Yo quisiera en algún minuto recuperar y tomar la canción. Ya le pedí permiso a Philo para poder tocarla y espero en algún minuto poder grabarla. Es una canción hermosa y retrata quién era Nelson. Tiene algunas historias que vivimos en el tiempo de la dictadura y en realidad habla de cosas que Nelson hacía, que no eran precisamente con el canto.

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