Muy cerca de las tumbas de Martí y Fidel está la del líder independentista cubano Carlos Manuel de Céspedes. Yo iba recorriendo los pasillos del cementerio Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, y de repente vi absorto flamear esta bandera en la sepultura de Céspedes. No recuerdo si la guía me preguntó si me recordaba una en particular, pero la respuesta, a juzgar por el diseño, era elemental. Cuentan que Céspedes se inspiró en la bandera chilena para identificar a su movimiento insurreccional contra España en 1868: el llamado Grito de Yara. Solo cambió el orden de los colores. Sobre cómo se dio este fenómeno, no hay consenso. Sí se sabe que, a la sazón, había fértiles relaciones entre Cuba y Chile, y que la bandera chilena respetaba las leyes básicas de la vexilología, aunque esa disciplina, con ese nombre, no existía como tal. Después supe que este emblema aún es oficial en algunos actos: en la Asamblea del Poder Popular, por ejemplo, tanto la bandera de Céspedes inspirada en la chilena como la actual de Cuba comparten el espacio en cada sesión. A mí todo esto me dejó marcando ocupado.
Publicado en Facebook el 7 de agosto de 2018.
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