Pese a su dilatada trayectoria, el reconocido cantautor uruguayo tocará por primera vez en Chile, en el Nescafé de las Artes. Sin embargo, un vínculo profundo lo une con nuestro país desde su niñez.
Curioso, pero Jaime Roos, uno de los emblemas de la canción uruguaya, pisará por primera vez territorio chileno. “Es una historia de casualidades desafortunadas”, aclara el músico, que se presentará en el Nescafé de las Artes el 13 y 14 de agosto.
Su emoción se percibe a través del teléfono. No es para menos, si a pesar de no haber venido nunca, siente una relación cercana que data desde su niñez. “Hice la primaria en una escuela que se llamaba República de Chile. Toda mi infancia canté el himno chileno. Las escuelas que tenían nombre de países tenían contacto cultural con las embajadas. Yo recitaba a Gabriela Mistral y en el atrio de mi colegio había una estatua de Caupolicán. ¿Si me sé la letra de memoria? Puro, Chile, es tu cielo azulado”, dice el uruguayo entre risas.
“Sólo por culpa del azar, no he podido venir. Hace muchos años me vine a dedo desde México hasta Uruguay y, en vez de entrar por Arica, doblé hacia Bolivia. No sabes la alegría que me da tocar en Chile”, cuenta Roos, cuyo estilo musical pasa por la murga, el candombe y el rock.
De hecho, el uruguayo coordinó su agenda para, aparte del concierto, “tener unos días libres para perderme junto a mi mujer por las calles de Santiago y Valparaíso, sin otra actividad que la de estar ahí y respirar Chile”, cuenta.
Reconocido en la zona del Río de la Plata y con casi 40 años de carrera, el cantautor ha tenido poca repercusión en nuestro país, salvo por dos singulares detalles que buena parte de los chilenos desconoce.
¿El primero? Roos compuso «Amándote», adaptada por Pedro Foncea para la teleserie homónima en 1998. Otra canción suya, «Adiós juventud», inspiró al grupo Sol y Lluvia para crear un himno de la resistencia contra el régimen militar: “Adiós general”.
“Yo recién me enteré de esto después del plebiscito. Vi la tapa de un diario uruguayo donde había una foto de una persona que agitaba el Fortín Mapocho y decía enorme: ‘Adiós general’. En ese momento la adaptación se hizo sin mi permiso, pero luego me pareció que era para un fin realmente noble. Después, unos amigos chilenos me mandaron la grabación y me emocionó oírla. Las canciones no cambian el mundo, pero ayudan a darle profundidad emotiva a una causa”, se sincera Roos, quien incluso aceptó una invitación de Sol y Lluvia. “Vamos a tomarnos un café en Santiago, a charlar de la música y la vida”, concluye.
Su pasión futbolera
Otro de los temas que Roos aborda en su repertorio es el fútbol. Le ha dedicado canciones al club Defensor Sporting («Cometa de la farola») y a la selección uruguaya («Cuando juega Uruguay»). E incluso filmó un documental («Tres millones»), junto a su hijo Yamandú, sobre la campaña de la “Celeste” en el Mundial de Sudáfrica 2010, obra que será presentada por el propio cantautor el lunes 12 en la Cineteca Nacional.
“Para todos los uruguayos, el fútbol tiene una importancia cultural. No es un deporte; es espíritu, arte y religión. La metáfora futbolera es muy relevante en nuestro hablar cotidiano. Yo no lo veo como algo de segunda categoría, todo lo contrario. Es un elemento del lenguaje popular. Y si uno hace canción popular, no puede dejarlo de lado”, reflexiona.
Publicada originalmente en el Diario La Hora.
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